La doctora Sofía va a participar en un congreso sobre el mundo clásico en Astipalea, Grecia. Tras sufrir una serie de crisis nerviosas, pasar por varios psicólogos y seguir las terapias que su propio marido supervisa se da cuenta que en el único lugar que se siente segura es en esta isla durante el congreso. Allí conoce a un profesor al que ella identifica con el dios Pan, un hombre con una mirada misteriosa, con una agresividad ancestral, un halo de sensualidad casi primitivo. Sofía siempre camina por el filo de la cordura, entre la realidad y los sueños, entre el pánico y la pasión. Sigue leyendo